Incorporo a la construcción de guitarras mi aportación al mundo de la pintura con “Indigestión”, primer cuadro de una futura serie.
En mi deseo de “salir de dentro de la guitarra”, en la que llevo encerrado toda la vida surgió “Indigestión”. En ella plasmo ese deseo, el deseo que tienen otros de que eso ocurra y el hartazgo que el propio instrumento tiene de mis exigencias sonoras para con él.
Incomodidades existenciales y sonoras reflejadas en una guitarra vista por dentro y por fuera con mucha simbología de mi tradición familiar y humanizada. Un hombre, un artista guitarra que en un amanecer de fin de juerga vomita lo que dentro de él resulta incomodo, es decir a Mariano Conde.